AMASIJO


Dios ha tomado mi masa para  hacer un nuevo pan.
Puedo sentir la dureza de su puño en mi entraña.
Puedo sentir  su  mirada severa
frente a mi desatino.

Tal vez  impacienten a Dios
las persistentes estrías
de mi corazón.
Tal vez lo mortifiquen
las empecinadas huellas  de mi alma,
mis arterias obstruidas
y una razón que no sale a espacios verdes.
Tal vez lo descontente esta laberíntica red
que me entreteje.

Dios ha tomado mi masa para hacer un nuevo pan.
Puedo sentir la firmeza de su puño en mi harina.
Puedo sentir la dureza de la piedra en su golpe decidido.
Tal vez pueda con mis grumos.
Tal vez me alise el  alma
para que el entendimiento ande descalzo por ella,
sin  prevenciones,
sin tropiezos,
sin  que el recaudo  se detenga   a espiar
detrás de  todos los recodos.

Dios ha tomado mi masa.

Siento que seré leudada.

GLADYS SEPPI FERNÁNDEZ

3 comentarios:

  1. Gladys: Nuevamente disfruto de un poema tuyo. Así siento, yo también, a mi alma medio rebeldona, sacudida ante tantas cosas mínimas pero fuertes; triviales, y tan sagradas: la vida de los nietos; el amor en mi matrimonio; la belleza de mi patio de barrio... Un abrazo.

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  2. Hola: A casi dos años de este comentario volví a tu blog. Quería ver por qué no habías visto mi comentario. Me llamó la atención que no aparece mi nombre. ¡Será que no apreté algún botoncito? Voy a probar. Gracias por el buen rato que pasamos.

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  3. Así es. No le di click a "publicar", por lo visto. Ahora voy a verificar en el otro poema. Un beso; perdón por el despiste.

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