DIQUE DE CRUZ DEL EJE

Yo  te dejé hace tiempo,
(es desafío del Hombre andar caminos)
y por eso me fui
buscando mi agua, siguiéndola a mi sed
que hizo la huella
que ahondara, marchando, mi destino.
Yo te dejé en el tiempo.
Imperturbable, plantado, enhiesto y firme,
multiplicado pie subiendo hasta su altura
la imponderable fuerza de un  gigante
que desafía  el cielo,
 en su hermosura.


Vienes desde  el ayer
del que estuviera yo y los míos,
tal vez mi padre en el pasado viera
levantarte  coloso,
extendida figura
contorneando el paisaje
en un sin fin de iguales nervaduras.

Te dejé en el ayer.
Visitas que se hicieron domingueras
fueron mostrando nuevas primaveras
que, como todo, fueron a su invierno.

Íbamos por ver tu espejo
que acapara crepúsculos y auroras,
 también por el misterio
insobornable
que se esconde en tu abismo de negruras.

Íbamos por ver el agua
 que susurra a tus pies,
que gime o se levanta y calla,
y al lamerte y hablarte
te reclama
subiendo sobre sí sus rebeldías.
Tal vez  en su clausura
 llamaría
por salir de tu cóncavo,
prisionera
 de una pétrea,
 invencible tiranía.


El agua es el tesoro que vos guardas
o que dejas fluir para que cumpla
su destino en lejanos sembradíos.
Cruz del Eje la sigue,
 ahora un río
que busca la hondonada, lame piedras
por llegar a  la sed.

Yo te dejé hace tiempo.
Hoy vuelvo a verte, figura  encaramada
en el verdor.
Cruzdejeña soy y así me siento
al contemplar poniendo en mi mirada
  un nuevo gracias
que sabe del sustento,
 que amasa el pan y anima su jornada.

En tu espejo está el cielo y como el cielo
estuvo ayer y seguirá en mi nada.


GLADYS SEPPI FERNÁNDEZ

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