Un método para la era de la imagen



                  Pantallas que nos hablan, imágenes que nos pueblan, desde el televisor, el teléfono, las computadoras.

                  Esta estrategia  logra la construcción de la comprensión  a través de una dinámica funcional que se enriquece adecuándose a la era de la imagen.
"El cerebro comprende conceptos e imágenes en lugar de palabras individuales".
                   Las representaciones simbólicas que cada lector crea- no dibujos-  se asientan en cuadros, como la pantalla de la TV o la computadora, justamente porque intenta emular su atracción y fuerza, porque convoca la actividad visual  del todo a las partes, y finalmente,  porque  responde a  la  naturaleza del texto  que impone la separación en secuencias o apartados, cada uno de los cuales será  un cuadro:

                 

En la era de la imagen, cada lector crea figuras simples que le sirven de sostén a los encuentros con personajes, elementos, tiempos lugares, acciones. De esa manera los desplazamientos de su exploración e inferencias, se ven en sus propias hipótesis de acercamiento al texto y se pueden utilizar los recursos que ofrece la computadora para representar tal como lo hemos hecho en este trabajo.






(Figuras simples en que para cada lector simboliza presencias, cualidades, acciones, lo que la gramática textual va ofreciendo: sustantivos, adjetivos, verbos. Las flechas y sus variantes ingresan con esta estrategia para representar la infinidad de significaciones verbales. Los adverbios y diversos procedimientos cohesivos también encuentran una imagen visual de representación) 


Los lectores se adueñan del léxico- ya sea por deducción y relación con el contexto o consultando, oportunamente, el diccionario- y cada palabra recupera su valor significativo porque hacen y comprometen la representación personal. (cada imagen es justificada por un concepto del texto)


Así se logra la integración en un todo, se ve la super- estructura, de la que se parte y a la que se vuelve- trabajando gradualmente con las micro-estructuras textuales integradas a un todo que se termina comprendiendo.


La posición del narrador, el tipo textual, el tema, el argumento que desarrolla progresivamente una gradación y progresión temática, los apartados o secuencias y sus conectores, la cohesión textual quedan a la vista, apoyando la explicación oral y escrita, que se hace fluida, enriquecida y ajustada a una mayor y profunda comprensión.


El lector pone en actividad valiosas competencias de aprendizaje: chequea, relee, infiere, ratifica hipótesis, aporta pruebas apropiándose del texto, relaciona el sentido de las palabras y de las micro- estructuras entre sí.


Llega al saber hablar , escuchar , ver y escribir con soltura y naturalidad.


En cuanto a las representaciones ideográficas, cada trabajo es único, se activa el protagonismo y la autonomía porque cada uno hace y defiende lo suyo, se alienta la creatividad, y queda un espacio abierto al cotejo, la corrección de errores, la auto-evaluación, si bien, las interpretaciones, aunque con variantes, convergen en lo que el texto transmite a través de claves explícitas o implícitas. El lector realiza valoraciones ajustadas a sus propios hallazgos construyendo su interpretación de lo leído y apreciando la ampliación de sus conocimientos previos a los que se suman otros, abriendo así nuevos paradigmas.

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