Se legitima por su valor simbólico

Según el diccionario de la lengua, “símbolo” es la representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con ésta por una convención socialmente aceptada.
           
La mente, explica Curto, no es  un mero receptáculo sino que dispone de potentes facultades organizativas, creativas e inventivas.
          
Para Ernest Cassirer la experiencia humana se construye a través de formas simbólicas. El hombre es un  “animal simbolicus” y es el universo simbólico el que le permite crear su propio universo.
         
Aplicado al  texto  podemos inferir que él mismo es una representación simbólica que se tiende desde un autor a un lector.
        
Pues bien, EL MÉTODO SEPPI DE COMPRENSIÓN DE TEXTOS POR LA CREACIÓN DE SÍMBOLOS IDEOGRÁFICOS propone justamente que el lector utilice su capacidad de crear símbolos- representaciones visuales con ayuda de las cuales podrá  llegar a  acceder  a los profundos significados que el texto encierra o  que él descubra.
          
Para Nelson el “símbolo” es: letras, sonidos, palabras, gestos, cuadros, diagramas, esquemas, mapas, representaciones visuales,  cuya función referencial no se reduce a la denotación sino que incluye la ejemplificación y la expresión.
       
Para la nueva estrategia de comprensión lectora los símbolos son ideo- gráficos es decir representaciones visuales que denotan las ideas que un texto transmite, en cada palabra, en el contexto de la frase, la frase en el párrafo, éste en el texto, éste en el libro, hasta la creación total del autor y el contexto cultural,  según resume, siguiendo a Vygostky,  Berta Braslavsky en  
Enseñar a  entender lo que se lee, Fondo de Cultura Económica, 2005.
      
Teniendo en cuenta que para Goodman, Bruner y otros,  la cultura es un mundo construido mediante recursos simbólicos  y que podemos crear con estos recursos infinitos mundos porque disponemos de posibilidades y disposiciones para hacerlo, decimos  que esta estrategia se legitima, además,  porque permite repensar, revalorizar, rever, el mundo simbólicamente creado que, por su carácter eminentemente  denotativo, ha de regresar a la palabra, que es la expresión final,  y lograda, de su encuentro con la verdad transmitida e  interpretada  de un texto. 

       
Así, aplicando esta estrategia se crea un nuevo mundo o versiones del mundo a partir de lo que  la lectura ofrece. Y  por ser  el alumno- lector  el que crea, por pertenecerle una creación que  ha despertado en su interior la lectura de un texto que ha internalizado desde lo macro a lo micro estructural, sale a explicar su objeto, a defenderlo, a  cotejarlo y aún a corregirlo, con la confianza de un creador convencido de su obra y  dispuesto a mejorarla. 

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